top of page

Cuando el cliente complicado… soy yo

  • Foto del escritor: Vanessa Bolivar
    Vanessa Bolivar
  • 23 feb
  • 2 Min. de lectura

A veces me sorprende lo fácil que es generar ideas para mis clientes. Todo fluye, los conceptos encajan, las paletas de color me hacen ojitos y las tipografías se combinan como si estuvieran destinadas a estar juntas. Pero cuando se trata de diseñar para mí o para mi agencia… ay, mooor,mooor,mooor la historia es otra.


De repente, todo me parece poco funcional, nada estético, y en menos de cinco minutos ya estoy considerando tirar la toalla y abrir un estudio de maquillaje (porque es otra cosa de las que me apasiona en la vida). Y ahí, en medio del colapso creativo, me doy cuenta de algo: muchas veces nos quejamos de los clientes difíciles, pero ¿qué tal que el cliente difícil sea yo?


"Hay que aplaudir en pie nuestro conocimiento, progreso y metas alcanzadas"
"Hay que aplaudir en pie nuestro conocimiento, progreso y metas alcanzadas"

Sí, así como lo leen. Nos exigimos demasiado, queremos que todo sea perfecto y, lo peor, nos cuesta aprobar nuestras propias ideas. Y esto me lleva a una verdad que me ha golpeado fuerte: el portafolio de Gudness no representa ni el 2% de todo lo que he construido en estos 10 años de trabajo. ¿Cómo es posible que todo lo que he logrado se quede en un disco duro y no en el portafolio que se merece?


Este año me voy a ver con los ojos de ese cliente que quiere lo mejor, y esta diseñadora (o sea, yo misma, obvio) lo va a lograr. Voy a bajar al autojuicio y me voy a mirar con más empatía, porque si algo he aprendido, es que hay que aplaudir en pie nuestro conocimiento, progreso y metas alcanzadas.


Si alguna vez te has sentido atrapado en esta espiral de perfeccionismo paralizante, aquí van algunas razones de por qué nos pasa:


🔍 Exceso de autocrítica: Juzgamos nuestro trabajo con una lupa que no usamos para los demás.

😨 Miedo al fracaso personal: Si el proyecto es nuestro, el miedo a que no sea “lo suficientemente bueno” se multiplica.

🎯 Expectativas poco realistas: Queremos que TODO sea perfecto desde el primer intento. Spoiler: eso no pasa.

💔 Falta de distancia emocional: Nos cuesta separar nuestra identidad de nuestro trabajo, y eso nos bloquea.


Mis 3 trucos para superar el bloqueo creativo


🚀 Método del extraño: Diseña como si lo hicieras para un cliente desconocido. Ponte una máscara mental de profesionalidad y quítale el drama al asunto.

🌈 Límite de tiempo: Establece un tiempo máximo para tu proyecto personal. La presión bien usada puede ser una gran aliada creativa.

🤝Feedback de confianza: Busca la opinión de un colega de confianza. A veces necesitamos un espejo honesto que nos ayude a ver con más claridad.


¿Te ha pasado? ¿Te sientes identificado? Cuéntamelo en los comentarios. Juntos podemos transformar ese perfeccionismo paralizante en combustible creativo.


Opmerkingen


bottom of page